Bolívar
En el bicentenario de tu -Carta de Pativílca-, seguimos escribiendo a los grandes MAESTROS y MAESTRAS, que transforman consciencias, alimentan espíritus, tejen la palabra, pero sobre todo, nos conectan con realidades para transformarlas, ahí estás presente.
Padre nuestro, ya no descansas en la sepultura de la eternidad, has reencarnado en la carne, los huesos y en el espíritu de los PUEBLOS, que siguen tu sendero emancipador; la libertad, la igualdad, la justicia…, tu sangre sigue alimentando con paz, pan y trigo, ahora traído en uno de tus hijos predilectos, Hugo Chávez, a quien te hizo pueblo, palabra y acción transformadora, dos siglos después. Somos soberanía, independencia y autodeterminación, y con ello, entrelazamos cooperación, reciprocidad y solidaridad con los pueblos del mundo, para seguir tejiendo el equilibrio del universo, con la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política.
El enigma del hombre en libertad, lo seguimos construyendo, en tu terruño amado, nuestra Patria Grande, seguro estamos, que tu rostro, tus ojos, tus manos tus pensamientos, tus acciones, se abrazan, en cada uno de los territorios, donde hombres y mujeres construyen lo nuevo y lo bueno, para y por la vida.
Néstor Hugo Angulo
Simón Rodríguez –Robinson-
¡Oh MAESTRO! Ahora te escribimos, como hijos e hijas de tu primer discípulo - el más grande, nuestro padre Libertador-, lo hacemos como PUEBLO dos siglos después, seguimos el sendero que usted nos señaló. De la mano del comandante Chávez, que te buscó del exilio olvidado –por intención o desacierto- para seguir labrando la re-fundación de nuestras Repúblicas, -para no imitar, sino ser originales-, de cómo construir en América, la utopía de Tomás Moro, luego a tu pregunta –Cómo serán i cómo podrán ser, en los siglos venideros. En esto han pensar los americanos, no en pelear unos con otros- tu pueblo rescata tu palabra y el horizonte, –educarnos para hacer-, -conocimiento para transformar- la Patria una Escuela, para la convivencia, la fraternidad, el amor, la solidaridad, el trabajo liberador, producir y gobernar en el territorio –el gobierno más perfecto- COMUNA o nada…, ahí estas presente, el más grande de los Maestros, el de la educación popular, social, pública, -como instrumento emancipador-, para conectarnos con la historia, pasada y presente, pero seguro con el futuro que anheló, e intentó de construirlo en la materialidad concreta, pero también en la subjetividad, en los espíritus y corazones de los hombres y mujeres.
Néstor Hugo Angulo
Hugo Chávez y mi comunidad
Terminamos estás tres cartas, con Hugo Chávez, gracias MAESTRO, por convertir la esperanza, en pueblo y lucha permanente, por aportar en la construcción de un mundo más humano y solidario, quien nos enseñó la valoración de la política, como herramienta para las grandes transformaciones, quien nos despertó la consciencia, la voluntad y el amor patrio, y nos transformó de individuos a seres colectivos. Quien nos dejó un proyecto emancipador y la esperanza de que el pueblo a de erigirlo, El Estado Comunal Socialista –COMUNA o nada- Ahí vives, en los corazones, en el hacer, en la solidaridad, en la sonrisa de los niños y niñas, pero también en la Patria Grande, en su integración y autodeterminación como pueblos.
Gracias a mi comunidad –Los Curos-, ubicada en Mérida –Venezuela, una gran Maestra, con los otros y otras, aprendí a fraguar la esperanza, a tejer la solidaridad en la organización y en el hacer, la planificación como instrumento emancipador, y el actuar colectivamente para transformar, esos aprendizajes, vivencias, y experiencias, marcaron mí espíritu y consciencia, dejé de -ser yo- a convertirme -en nosotros- gracias a la vida, por permitirme tener maestros como Bolívar, Rodríguez y Chávez, pero también al heroico pueblo venezolano.
