Imperialismo, operadores imperialistas y María Corina

En el contexto actual, donde el imperialismo ejerce control sobre el sistema mundial haciendo difícil la autonomía plena a las naciones, inclusive a Rusia y China que se ven coaccionadas por la gran potencia del norte, hay que considerar que el imperialismo central crea grupos de oposición o gobiernos locales para que actúen en su beneficio y refuercen su dominio, por lo que son formas de dominio delegadas.

El imperialismo se refiere a la relación de subordinación política, económica y social que mantienen ciertas regiones o países, con respecto a una potencia imperialista. En este sentido, el imperialismo se caracteriza por la dependencia de las decisiones políticas y económicas, así como por la explotación de los recursos naturales y mano de obra de la región subordinada en beneficio de la potencia imperialista.

Estos actores locales pueden actuar como intermediarios o aliados del imperialismo en la explotación de su propio país, sus recursos, la supresión de movimientos de resistencia o la promoción de políticas que favorecen sus intereses sobre los de la población local. El imperialismo puede manifestarse a través de políticas de gobierno, acuerdos comerciales, inversiones extranjeras o colaboración militar, entre otras formas de complicidad con el poder imperialista.

En términos políticos, el imperialismo implica que la región dominada carece de autonomía y capacidad de tomar decisiones propias en materia de política exterior, económica y social, ya que estas son impuestas por la potencia dominante. Además, la región dominada suele estar sujeta a instituciones y acuerdos internacionales controlados por la potencia imperialista, lo que limita su capacidad de desarrollo y crecimiento autónomo, lo cual me atrevo a decir que ocurre a nivel global porque todos los organismos internacionales importantes son creación imperialista.

El imperialismo se caracteriza así, por la relación desigual de poder y dominación entre una potencia imperialista y una región subordinada, donde la segunda se ve obligada a cumplir los intereses y agendas de la primera, en detrimento de su propio desarrollo y bienestar.

En el caso de nuestro país como consecuencia de factores políticos relevantes, que van más allá de ser un país petrolero, como es el impulso revolucionario mundial que dio el proyecto bolivariano de Hugo Chávez, el imperialismo ha dedicado particulares y muy hostiles esfuerzos para interferir en su desarrollo y tomar el poder político, valiéndose para ello de operadores políticos reconocidos como son María Corina y Guaido. Ambos han sido señalados sin cortapisas como agentes del imperio en la región.

Tanto Guaido como María Corina han sido marcados como "tapas" de Estados Unidos en la geopolítica internacional, tratando de desestabilizar la situación en Venezuela en beneficio de los intereses norteamericanos, participando y promoviendo golpes de Estado y acciones desestabilizadoras en el país.

 En el caso actual es de esperar que así como Juan Guaido, fue proclamado por Estados Unidos y otros países como "presidente interino" en enero de 2019, a pesar de no haber sido elegido por el pueblo venezolano para ocupar dicho cargo, puede pretenderse una acción similar como consecuencia de la victoria electoral de Nicolás Maduro, tratando de oscurecer una victoria legitima y colocar en el poder a una persona más afín a los intereses de Estados Unidos.

Por lo tanto los que analizan la conducta de esta señora María Corina, no pueden olvidar que ella no tiene vida política propia, sino que su agenda corresponde plenamente a la agenda internacional de los Estados Unidos que está centrada en destruir los estados nacionales de todos los países no imperialistas.

Es además importante tener en cuenta que María Corina ha estado involucrada en varios intentos de desestabilización, esfuerzos para la de intervención militar extranjera y golpes de estado, lo que demuestra su falta de compromiso con la democracia y su ambición por el poder a cualquier precio.

Solo para incautos y derechistas recordamos que, María Corina está lejos de representar los intereses del pueblo venezolano y su actuación solo beneficia a los intereses de Estados Unidos, que solo le importa desestabilizar la región. Su conducta debe ser analizada desde esta perspectiva para comprender sus verdaderas intenciones y su papel en la política venezolana y contra nuestro país y su socialismo.

 

Oscar Rodríguez E. 28 de abril de 2024

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Oscar Rodríguez E


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