150 años de la Comuna de París: lecciones para la crisis de hoy

Nota de Aporrea: A éste artículo le sigue una serie de cinco capítulos que serán publicados diariamente.
En este anormal año dos mil veintiuno se cumple el aniversario 150 de la revolución de la Comuna de París (1871), ocurrida entre el 18 de marzo y el 28 de mayo. Una lánguida conmemoración, próxima a finalizar, retumba en medio de la pandemia vírica de la COVID-19 y la crisis social de los países. Aun así, el espíritu comunero sigue vivo entre nosotros, las protestas del primero de mayo[1] en Myanmar, Colombia, Kenia, Filipinas, Palestina, Turquía y Siria, Alemania y Francia, muestran el deseo de los trabajadores de gobernarse a sí mismos y expresar su bronca civilizatoria, como no hace mucho hicieron los obreros parisienses del ayer.

Lo que nos interesa hoy no es tanto el aire nostálgico por el pasado histórico de la Comuna de París de 1871 ni la erudición académica profesoral. Ni siquiera el necesario y honesto esfuerzo de propaganda pedagógica en los medios difusores, impresos y digitales, escritos y audiovisuales, de las izquierdas, sindicales y gremiales. Los historiadores, oficiales y disidentes, debido a sus deformaciones profesionales sobre el arte de narrar el pasado, suelen tener deficiencias teoréticas y políticas. A menudo el ad nauseam del qué fue lo que pasó, aparece en detrimento del qué podemos aprender para vencer hoy. Los trabajadores y socialistas debemos romper entonces, de una vez por todas, con este tipo de método idealista de las efemérides muertas. Por ello nuestro trabajo, de un u otro modo, debe estar volcado hacia lo vivo y la lucha de clases presente con ayuda de la memoria histórica y las ciencias, ya que “el París de los obreros, con su Comuna, será eternamente ensalzado como heraldo glorioso de una nueva sociedad”.

Resulta entonces más provechoso en esta recta final de una conmemoración socialista mundial, atreverse a extraer y discutir con audacia las lecciones teóricas estratégicas y políticas militantes, para la lucha de clases sociales en el siglo XXI. Sobre todo, en vistas a dar un salto epistemológico-político que la teoría marxista de la crisis está en deuda de dar, y de la que hemos venido tomando conciencia un puñado de socialistas de varios continentes. Dicha necesidad de elaboración teórica y política sobre la crisis, surgió antes de la emergencia pandémica y la supuesta recuperación inestable de la economía burguesa, la recesión pretérita del 2020 y el coletazo del crac financiero de 2008. Estos procesos caóticos expresan, una vez más, la urgencia de situar los ciento cincuenta años de la Comuna de París en clave de crisis de aniversario.

Siguiendo esta clave, invitamos al lector, a los trabajadores, los partidos y la juventud, a reapropiarse de la gesta parisina roja, para vencer y liberarnos hoy del yugo del capital. Las cinco lecciones presentadas a modo de tesis van por ese camino en construcción. Lo demás, decimos, podría ser un empirismo reconstructivo del pasado, sano, hasta necesario y valioso, pero a todas luces, es insuficiente, rutinario y conservador, por no decir que contrarrevolucionario.

Al movimiento obrero mundial y el movimiento socialista mundial del siglo XXI les depara una ardua labor científico-política y revolucionaria, si se quiere pasar del carácter testimonial del pasado a la construcción agencial del presente y futuro, tal y como nos enseñaron los osados communards del ayer.

ana.leticia.gongalez@gmail.com



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