Cáscara Amarga 576

Engaño y desengaño

El engaño y el desengaño, han de ser casos correlativos límite contradictorios caliginosos Maleo 2001 con equilibrio dinámico dialéctico difuso en el medio maleoiano profundo en la perogrullada primera vez de Perogrullo en el punto crucial decisivo, en el punto inflexivo topológico borroso de la lemniscata de Bernoulli en la parábola cúbica de Picasso. El engaño y el desengaño, ha de ser de la camada caterva cachillada cachita que nos envía como flechita a la posibilidad y a la imposibilidad, a la certidumbre y a la incertidumbre, a la determinación y a la indeterminación, a lo visible y lo invisible, a la esperanza y a la desesperanza, a la convicción y a la duda, a la evidencia y a la duda, la verdad y el error, a la razón y a la fe, a la generosidad y a la avaricia, a la amargura y a la dulzura, al optimismo y al pesimismo, al exceso y al defecto, al tercio excluso y al tercio incluso, a la tesis y a la antítesis, al consciente y al inconsciente, a la concreto y a lo abstracto, al ser y al no ser, a los valores teóricos y a los valores prácticos, a los valores cuantitativos y a los valores cualitativos, a los valores teológicos y a los valores cardinales, a los valores jerarquizados y a los valores polarizados, a la inteligencia y al objeto, al sujeto y al objeto, al pensamiento y al objeto, al símbolo y al objeto, al dogmatismo y al escepticismo, al realismo y al idealismo, al racionalismo y al empirismo, a la tendencia y a la trascendencia. Y, como tiénese dicho, el engaño y el desengaño y su camada caterva cachillada cachita, en sus medios maleoianos profundos operan, como si fueran entre las nalgas de don Francisco con su ojo avizor profundo, que no de otra suerte ha de ser la perogrullada primera vez de Perogrullo, ha de ser el punto crucial decisivo, ha de ser el punto inflexivo topológico borroso de la lemniscata de Bernoulli y de la parábola cúbica de Picasso, en que se han de obtener de lo sintético sincrético ecléctico budaiano y de lo armónico simultáneo contradictorio heraclitoiano, de las nalgas de don Francisco, las síntesis de Heráclito Hegel Marx, de las nalgas de don Francisco, se han de obtener la verdad socrática profunda, la optimalidad ortogonal pitagórica de Pitágoras y de Sócrates, de las nalgas de don Francisco, se ha de obtener el medio maleoiano profundo de Maleo 2001, de las nalgas de don Francisco, se han de obtener la resolutiva optimalidad pretendida, la mejor resultante deseada, el mejor resultado esperado de Cirigliano y Villaverde, de las nalgas de don Francisco, se ha de obtener, la "Y" conjuntiva inclusiva enclavada de Luis Alberto Machado, de las nalgas de don Francisco, se ha de obtener, el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca. Y, como tiénese dicho, el cri crí de las margaritas de Federico García Lorca, ha de estar entre el engaño y el desengaño.

Con digresión y sin digresión, esta perola perorata paraulata cantarina llanera cojedeña, llega de Ludovico Silva, del, de él, cundo dijera que, a soto voce, y, voz en cuello en clase magistral en la UCV en una ronda trapisondista de don Cele Ávila, que nos decía, el pícaro cuentero, que era cocinero del comedor de la universidad, y, llegaba a la plaza Bolívar de San Carlos, en que venía de regreso de Caracas, y, traíanos los cuentos, en que tocara la grabación de Ludovico: "La condición filosófica del desengaño es el escepticismo, y es un fenómeno que sobreviene al alma cuando ésta, después de mucho batallar para adquirir una certidumbre firme entorno de las cosas, llega a la conclusión cartesiana de que hay que dudar de todo. El desengaño no implica necesariamente amargura. El señor de Montaigne, por ejemplo, era un desengañado, pero en modo alguno era un hombre amargado. El desengaño es dialéctico, porque a menudo conduce al optimismo. Y el desengaño se transforma en pesimismo radical cuando pensamos que en cualquier momento puede ocurrir la tercera y última hecatombe mundial". Agora ahora hogaño, Don Cele, el pícaro cuentero trapisondista, nos hablara del engaño y el desengaño, del desengaño y el escepticismo, de la amargura y la dulzura, del optimismo y del pesimismo. El trapisondista embustero cobero, hablábanos de la tercera guerra mundial y el triunfo del ejército rojo, y, a mas y a más, el pícaro cuentero trapisondista, don Cele nos hablara de lo que ocurriría con Rusia y Ucrania, en que esta no fuera aliada de Rusia en la Segunda Guerra Mundial. Y, endespués que la Pepsi Cola, venciera al ejército rojo victorioso, con su eslogan, que el marxismo con Pepsi es un jamón. Y, manque, el ejército rojo victorioso, hubiera enclavado su bandera roja victoriosa, hasta los tequeteque en el centro de Alemania con la derrota del nacismo de Adolfo Hitler, quedaran retoños y resabios del nacismo que habremos de ver endespués, decíanos don Cele en su mundo de la mentira tramposa y en el embuste enredador fullero.

Con divagancia y sin divagancia, el engaño y el desengaño, han de ser casos correlativos límite contradictorios caliginosos Maleo 2001 con equilibrio dinámico dialéctico difuso en el medio maleoiano profundo en la perogrullada primera vez de Perogrullo en el punto crucial decisivo, en el punto inflexivo topológico borroso de la lemniscata de Bernoulli y en la parábola cúbica de Picasso. Agora ahora hogaño, Jorge Luis Borges, en el poema Religio medici 1643, asoma la presencia de Michel de Montaigne, abanderado y padre del ensayo literario y del capitalismo neoliberal del mercado, que el imperio capitalista neoliberal de los EEUU de Norteamérica la sacara la punta puta, tanto como al tercio excluso de Aristóteles, la presencia de Michel de Montaigne, de quien nos hablara Ludovico Silva, por la boca de ganso de don Cele Ávila en la plaza Bolívar de San Carlos de Cojedes. Y, endespués, Borges decía en el poema: Defiéndeme, Señor… Defiéndeme de mí. Ya lo dijeron Montaigne y Browne y un español que ignoro; algo me queda aún de todo ese oro que mis ojos de sombra recogieron. Agora ahora hogaño, ahí en el poema del argentino, de Jorge Luis Borges, está tatuada la imagen y figura de Michel de Montaigne, del defiéndeme, Señor… defiéndeme de mí. El abanderado y padre del ensayo literario y del capitalismo neoliberal imperial del espíritu mercantil del mercado profundo entre la mano invisible del mercado y la mano visible del mercado, el abanderado y padre del ensayo literario y del capitalismo neoliberal imperial del espíritu mercantil del mercado profundo entre el mercado y el Estado. Estaría, amas y a más, en Michel Montaigne, el equilibrio armónico simultáneo contradictorio entre lo visible y lo invisible, entre el mercado y el Estado, entre el entendimiento y la espiritualidad, y, que a buen seguro hubiérase solidarizado, con el defiéndeme, Señor… defiéndeme de mí, del poema de Borges, con y de lo dicho por Tomás Browne, del, de él, con Tomás Browne que dijera: Cuando las Escrituras y la Iglesia no funcionaran, recurriérase a la ciencia. Y, por esa marisquerita, fuera expulsado de la Iglesia Católica, Tomás Browne. A mas y más, Michel Montaigne, se la jugó, entre la ciencia y la espiritualidad, entre el dogmatismo y el escepticismo, entre la mesura y la desmesura, entre la moderación y el desenfreno, entre la locura y la cordura del Quijote en que Miguel de Cervantes Saavedra, abrevara en el padre del ensayo literario. Y, Michel Montaigne, se la jugó, en su dimensión, con de la vergüenza y la mortificación, y, al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo, el medio maleoiano profundo de Montaigne, de equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético del que surgiera la sintética sincrética ecléctica budaiana, surgiera la síntesis, la que planteara endenates, Heráclito, y, endespués, Hegel y Marx, y, que en Montaigne, llamárale, El ensayo literario. Y, surgiera, el ensayo literario, del equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético de la teoría de los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo 2001 del medio maleoiano profundo en que ha de estar inscrito tanto el ensayo literario como el engaño y el desengaño.

Si el engaño y el desengaño, han de ser casos correlativos límite contradictorios caliginosos Maleo 2001 con equilibrio dinámico dialéctico difuso en el medio maleoiano profundo en la perogrullada primera vez de Perogrullo en el punto crucial decisivo, en el punto inflexivo topológico borroso de la lemniscata de Bernoulli en la parábola cúbica de Picasso. Entonces sea dicho que el engaño y el desengaño ha de estar en en Ludovico Silva, en don Cele Ávila y la plaza Bolívar de San Carlos y en Jorge Luis Borges. Ergo vergo sea dicho que el engaño y el desengaño han estado presentes en Tomás Browne en Michel Montaigne, han de ser casos correlativos límite contradictorios caliginosos Maleo 2001, ha de ser como la ciencia y la espiritualidad, el dogmatismo y el escepticismo, la mesura y la desmesura, la moderación y el desenfreno, la vergüenza y la mortificación, ha de estar al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo, el medio maleoiano profundo de Montaigne, ha de tener equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético, que ha de surgir la sintética sincrética ecléctica budaiana, ha de surgir la síntesis, la síntesis fuera planteada por Heráclito, Hegel y Marx, la síntesis fuera llamada en Montaigne como El ensayo literario, El ensayo literario ha surgido del equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético de la teoría de los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo 2001, del equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético, del medio maleoiano profundo, de la sombría penumbra whitmaniana, del trecho estrecho arrecho, han de surgir el ensayo literario de Michel de Montaigne tanto como su díptico el engaño y el desengaño.



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Miguel Homero Balza Lima


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