Maduro, el mago del tiempo

Interesante la manera como el presidente maneja el tiempo. Lo veíamos anoche al ofrecer que para el 2025 y habrá eliminado la pobreza extrema, por segundos recordaba la promesa del fallecido de acabar con la niñez abandonada. Chávez no se atrevía a jugar con el tiempo, pero Maduro al afirmar esto, de una sola vez estaba declarando que había sido reelecto, habiendo ganado el referendo y las elecciones del 2024.

Esa capacidad de conocer el futuro en medio de una guerra sicológica, uno no sabe si aprendida en lo largo de su lucha como dirigente sindical o en algún taller adicional en los estudios realizados en Cuba. Lo cierto es que prácticamente en su mensaje anual nos dijo, prepárense que voy a durar más tiempo que Fidel al frente de la presidencia.

Por momentos me sucedía lo mismo que al escuchar el Mazo de Diosdado, lo repetitivo del discurso en el sentido que este año será definitivo en la recuperación económica, cansa como la cantaleta de Cabello con el banquero calificándolo de ladrón o de asesino a Julio Borges. Los argumentos y el discurso cada vez se les reducen ante la realidad del país.

Ahora resulta que la gran obra gubernamental es haber reunido cientos de muchachos de la Orquesta Juvenil, para lograr un record mundial. Olvida Maduro los otros record de inflación, de inseguridad y tantos más que a la hora del se te lava las manos por la eterna excusa del bloqueo, aunque ahora sabiendo que la gente no se come más ese cuento, acusa a los funcionarios gubernamentales.

La pieza oratoria del sábado por la noche, se fue a lo personal, eso de decir que nunca aspiró cargo alguno, se contradice con aquel inmenso deseo de trabajar al lado de Chávez. Que no venga a decir que lo pusieron obligado de diputado y canciller. Ha demostrado que es de los hombres que trabajan con tanta paciencia como la del comandante eterno, se mete en el cuerpo del elefante como el ratón y se lo va comiendo poco a poco. No hace bulla.

Ese grito desesperado de acabar con las mafias de la gasolina, casi nos traslada a la época en que Rodolfo José Cárdenas, gobernador de Caracas, expresó que la ciudad era ingobernable. Por Dios si las estaciones de servicios están custodiadas por los militares, no se justifica lo que afirmara esa noche Nicolás Maduro, que cobren su valor en dólares, y entonces donde está la autoridad.

O es que acaso como dicen periodistas y analistas políticos los encuentros de guerrilleros colombianos en el propio territorio venezolano, también es incontrolable, especialmente en estados fronterizos. Hacia dónde vamos señor presidente, no menosprecie la inteligencia del ciudadano venezolano. Cada estado sabe lo que está viviendo, por más que se acerque el carnaval, no se puede disfrazar la realidad.

Y la gente se marcha y se sigue marchando de Venezuela, estamos regados por todo el mundo, unos más o menos viviendo medianamente, muchos pasando necesidades. Imposible de casi siete millones, dibujar como un logro la repatriación de cien venezolanos. A pesar de eso la entrada de recursos por la vía de las ayudas familiares, ha evitado se mueran de hambre o por falta de medicinas muchos compatriotas.

Pretender manejar el tiempo, hacer creer que nunca se ha estado en gobierno, que es ahora cuando comienza su mandato, podrá servirle a él como terapia para subirse el ánimo. Pero al pueblo no se le puede convencer que el logro de la revolución en 22 años es un sueldo mínimo de dos dólares, mensuales y una bolsa de comida cada tres meses.


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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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