En el cielo está Dios Soberano y en la tierra la Orden del Cartel

"Yo no sé si el tipo es bueno o malo

Solo sé que le tocó perder

En el cielo está Dios, soberano

Y en la tierra, la orden del cartel".

Estrofa de Sicario, canción de Rubén Blades

El pranato político venezolano de ambos extremos, que se reencuentra desde hace un buen tiempo, finalmente, se unen, sólo que ahora salta a la palestra pública producto de varios escándalos, una estrategia para embaucar gente inocente: ligar la salida a la crisis a través de caminos distinto a la realidad concreta. Una manera efectiva para hacerlo, que no la única, es involucrar el tema religioso en los avatares del charco político en que se revuelcan estos dos extremos.

Así vemos como aparecen unos "ILUMINADOS", pero que en realidad son otros PRANES, convocando a sus seguidores religionarios o a defender al pranato instalado en el gobierno o a defender al pranato instalado en la oposición. Esta inmoral estrategia de ambos extremos es postergar la salida de la crisis. El asunto religioso siempre generará controversia, entre otras razones porque parten de un dogma que no acepta disidencia; quien disiente de una religión o una secta simplemente es o hereje, apostata o ateo y por lo tanto es execrado.

En ausencia de un partido político o de una iglesia, la gente recurre a las sectas para encontrar una autoridad. Frente a una información total de los "nets", cada quien tiene una opción. Antes existían opciones privilegiadas: la opción católica, la opción marxista, la opción reaccionaria; tendría que conocerse de qué manera la opción es seleccionada según si el texto de referencia fuera la Biblia o el Capital; ahora cada quién hace una opción totalmente impredecible. Con seis mil millones de habitantes en la tierra, tenemos seis mil millones de opciones ideológicas. Los resultados son identidades sin mediación de grupo. Yo no sé si una sociedad así tenga alguna capacidad de funcionar[i].

De allí que, involucrar el tema religioso en asuntos tan terrenales y procaces como el fangal de quienes dirigen esta forma "CARTELUA" de hacer política en Venezuela hay que desterrarla, si es que queremos recuperar un ejercicio de la política como una ciencia y un arte que se dirime entre mortales que nada tienen que ver con la divinidad.

Ya hay muchas confusiones entre derechas e izquierdas como para involucrar un tema tan sensible como es la existencia de Dios y la interpretación que las religiones o sectas tienen del mismo. La religión debe ser un tema de decisión familiar en cuanto es parte del acumulado cultural que cada familia contiene. Involucrar a Dios para decir que está con tal o cual gobernante es una inmoralidad que encubre las falencias de los supuestos líderes.

Es tan peligroso esto que hay personeros que han hecho del ejercicio de los partidos políticos unas sectas dogmáticas que interpretan a tal o cual dirigente ya fallecido como el responsable de las acciones erróneas de las que sus supuestos hijos están cometiendo. Ocultan sus fechorías a la sombra o de seres ya desaparecidos o de otros que se suponen son inmortales. Son dos caras de la misma moneda y como las cinco monedas de Judas traicionan a sus seguidores

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[i] Antaki, I. (2001). Los problemas reales de la enseñanza. ¿Formación humanística a los ingenieros? Tiempo de Educar, 3(5), 193-204.



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Isidro Camacho

Isidro Osvalinoc Camacho Manzano Docente Universitario, Profesor a dedicación exclusiva UNELLEZ-VPDS Barinas.

 osvalinoc@gmail.com

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